lunes, 25 de noviembre de 2013

Como Agua para Chocolate

Dicen, que todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, y que esas cerillas no podemos encenderlas nosotros solos, necesitaríamos oxígeno y la ayuda de una vela.
Solo que en nuestro caso, el oxígeno debe de provenir , por ejemplo, del aliento de la persona amada.
La luz de la vela puede ser cualquier cosa, una melodía, una palabra, una caricia... un beso, cualquier cosa, algo que dispare el detonador y encienda uno de las cerillas.
UntitledPor lo tanto, cada persona tiene entonces que descubrir cuales son sus detonadores para poder vivir. Ya que la combustión que se realiza en cada uno de ellos al encenderse, eso, es lo que nutre de energía al alma.
Si no hay detonador para los fósforos entonces la caja de cerillas se humedece, y ya nunca podremos encender ninguno, pero hay que recordar que hay mil maneras de ponerla a secar.
Claro que también es importante encenderlos uno por uno, ya que si por una intensa emoción llegáramos a encenderlos todos de golpe, se produce un resplandor tan fuerte que aparece ante nosotros un túnel esplendoroso, que nos enseña el camino que olvidamos al nacer, y que a la vez nos llama para encontrar nuestro perdido origen divino.

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